Dirigido a funcionarios, directores y elementos de Seguridad y Tránsito Municipal.

Para aleccionar de manera adecuada a los responsables de la seguridad vial sobre el contexto de variabilidad y sensibilización de la combinación del alcohol con el volante, ya que la fórmula aplicada de manera inconsciente propicia muertes y lesiones que afectan y dejan honda huella en las familias, precisamente donde debe surgir la conciencia de respeto a las normas y leyes. A propuesta de la licenciada Adriana Campos Huirache, se efectuó un curso-taller de alcoholimetría, por parte de José Antonio Vidales Sánchez, coordinador Estatal del Consejo de Prevención de Accidentes de la Secretaría de Salud, y la maestra en Salud Pública, Inés Aldeamo Aguerrebere, del Programa Nacional de Alcoholimetría.

La reunión fue convocada por Edgar Sierra Cabrera, director Municipal de Salud; también acudió Jaime Vega Gutiérrez, regidor de Salud; Javier Preciado Cendejas, director del Centro de Salud y Sergio Verduzco Araiza, director municipal de Tránsito.

Teóricamente, explicaron los tipos de alcohol existentes, características, uso humano y manera que afecta el organismo como elemento intoxicante depresivo del sistema central, al retrasar los procesos eléctricos que ocurren en el cerebro. Especificaron los grados que contiene cada bebida y el volumen de consumo máximo de tolerancia al hacer el recorrido por el organismo, así como los órganos que afecta hasta su eliminación vía orina, aliento y sudor, los órganos con mayor afectación son el estomago, riñones, vejiga, hígado y los pulmones que se conectan mediante el flujo de la sangre.

Indicaron factores que incurren en una mala coordinación como velocidad de la ingesta, alimentación, descanso, salud, estado de ánimo, talla, masa corporal, medicamentos y velocidad de metabolización; al igual las señales básicas que detectan en una persona que ha consumido en exceso, que son por el aliento, el estado de ánimo, el habla, la coordinación y malos reflejos que retardan la reacción del conductor y es causa del 30 por ciento de los accidentes viales. Pidieron tener cuidado con el trato con una persona intoxicada, mantener una actitud adecuada y elegir las palabras que emplean.

Se culminó con una prueba práctica con el alcoholímetro usado con personas que consumieron de manera moderada diferentes cantidades, lento, aprisa y con lapso de espera, informaron que el rango aceptado es de entre 0.20 y 0.40 grados, y finalmente colocaron unos goggles de práctica simulando diversos grados de alcohol y midieron los reflejos con una pelotita.